Descubra el castillo de los Condes de Carcassonne y sus murallas, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, situado en el corazón de la ciudad fortificada.
Carcasona fue la sede del poder de los condes de Carcasona, y posteriormente de la famosa familia Trencavel en el siglo XII. Tras la Cruzada Albigense, cuando las fuerzas reales tomaron Carcasona, acusándola de complicidad con los cátaros, se convirtió en una fortaleza real gobernada por un senescal.
Desde la época prerromana, ha existido un asentamiento fortificado en la colina donde hoy se alza Carcasona. Durante su visita, podrá explorar este excepcional ejemplo de ciudad fortificada medieval: observe las imponentes defensas que rodean el castillo y los edificios circundantes mientras pasea por sus calles y admira la belleza de la magnífica catedral gótica.