Visita la isla de Korčula, que supuestamente debe su nombre a la bella heroína griega Kerkyra. Esta isla ofrece una conexión íntima con la naturaleza y cuenta con playas exquisitas. Mientras exploras sus calles y fortalezas centenarias, te sumergirás en miles de años de cultura, historia y tradición. Los olivares, viñedos y granjas de frutas y verduras centenarias de la isla te garantizan que podrás saborear alimentos frescos de origen local durante tu viaje.
De regreso a Dubrovnik, harás un desvío hacia una bodega ubicada en la península de Pelješac. Esta región es famosa por sus colinas vitivinícolas y es el lugar ideal para una sesión de cata de vinos. Saborea los ricos sabores de los vinos locales antes de regresar a Dubrovnik, lo que marcará un final encantador para tu recorrido.