Con cuatro volcanes e innumerables playas vírgenes pero sin coches, La Graciosa es la isla "olvidada" de Canarias. Por eso su visita es obligada durante su estancia en Lanzarote. Toma el ferry desde Órzola y disfruta de un día alejado de la civilización.
Tras la recogida en vuestro hotel, nos dirigiremos al puerto de Órzola, en el norte de Lanzarote. Hay un viaje en ferry de 30 minutos desde aquí hasta Caleta del Sebo, el mayor de los dos asentamientos de La Graciosa. Con sus calles arenosas, sus casas encaladas y su iglesia solitaria, parece algo del Lejano Oeste.
A un corto paseo fuera de la ciudad se encuentra la playa Salado, la primera de una serie de playas de arena dorada bañadas por aguas tropicales, ideal para un día de descanso. Pero si tiene ganas de realizar alguna actividad, a aproximadamente media hora a pie del pueblo se encuentran los volcanes gemelos de El Mojón y La Aguja. Con tanta abundancia de naturaleza virgen, no sorprende que La Graciosa sea la pieza central de la Reserva Natural del Archipiélago Chinijo.